La aparición real de ingenieros de peticiones ha provocado un debate sobre su viabilidad y su futuro
La aparición de ingenieros de peticiones ha generado un debate sobre su viabilidad y futuro en el campo de la Inteligencia Artificial. La cuestión clave en esta discusión se reduce a si las inteligencias artificiales serán capaces de comprender nuestras solicitudes de la misma manera que lo hace el buscador de Google. Ejemplos como el de Pau Martí Felip, un graduado en Comunicación Audiovisual que se convirtió en un «prompt engineer«, muestran cómo esta profesión implica dar instrucciones creativas y tecnológicas a las inteligencias artificiales para obtener respuestas óptimas. Otro caso destacado es el de Jessica Gutiérrez, una auxiliar administrativa en Gijón, que reconoce que aprender a generar texto es esencial para mantenerse relevante en su trabajo de copywriting en un mundo impulsado por la IA. Este debate se centra en la necesidad y la evolución de los roles relacionados con la comunicación con las máquinas en un entorno cada vez más automatizado.
