Cuando dos empresas se fusionan, unificar sus ecosistemas digitales es clave para una integración exitosa. Migrar a Microsoft 365 es una opción eficaz, pero sin una planificación adecuada, puede generar confusión y pérdida de productividad.
Este artículo propone un enfoque práctico para gestionar la migración, centrado tanto en la tecnología como en las personas. En fusiones donde ambas usan Microsoft 365, unificar tenants y permisos requiere planificación detallada. Si una de las empresas usa otro sistema, como Google Workspace, el reto es más cultural, pues los empleados/as deben adaptarse a nuevas herramientas.
Una gestión del cambio adecuada es crucial para evitar frustraciones y garantizar una transición fluida. A continuación, compartimos un plan estructurado en cuatro fases para lograrlo con éxito.
Evaluar el ecosistema actual y planificar la integración
Antes de mover un solo archivo o usuario, es esencial comprender cómo trabajan ambas organizaciones. ¿Qué datos son críticos? ¿Qué equipos dependen de permisos específicos o flujos de trabajo personalizados?
Beneficio: reduce riesgos al identificar puntos críticos antes de la migración.
Comunicar y formar a los equipos desde el primer día
La gestión del cambio comienza con una comunicación transparente. Los empleados necesitan saber por qué se realiza la migración, cómo les afectará y qué beneficios obtendrán. Por ejemplo, explicar que OneDrive permitirá colaborar en tiempo real en documentos compartidos puede generar entusiasmo.
Beneficio: la transparencia disminuye resistencias y mejora la aceptación de las herramientas.
Migrar y testear por etapas
Iniciar con un piloto es clave. Por ejemplo, seleccionar un equipo representativo, realizar la migración y comprobar la funcionalidad de los permisos, flujos de trabajo y acceso a datos. Esto permite ajustar el proceso antes de implementar el cambio a toda la organización.
Beneficio: asegura que las migraciones a gran escala se realicen sin interrupciones significativas.
Acompañar y optimizar tras la migración
Una vez completada la migración, el trabajo no termina. Proporcionar soporte continuo, resolver incidentes rápidamente y recopilar feedback para ajustar las herramientas según las necesidades reales de los equipos es fundamental.
Beneficio: facilita una adopción completa y promueve el uso eficiente de las herramientas.
Nuestra experiencia en este tipo de proyectos nos ha enseñado que las migraciones exitosas no son solo un tema de tecnología. Es, en gran parte, un proceso de cambio humano donde cada empresa, cada equipo y cada usuario son únicos. Adaptarse a esas particularidades, entender las necesidades específicas y priorizar siempre a las personas es lo que realmente asegura el éxito.
¿Todo listo para dar el salto y transformar el ecosistema digital de tu organización? Estamos aquí para acompañarte en cada paso del camino.