Construir una nueva cultura corporativa digital apoyada en el concepto del CWE se concreta en cuatro estrategias que debemos desarrollar en nuestra empresa:
– Cuidar la adopción tecnológica de nuestros empleados.
Los trabajadores han de tener conocimientos y ser forma- dos sobre las nuevas tecnologías -mejorando su Digital Literacy-. Esta formación les permitirá desarrollar su destreza en el uso de las herramientas digitales, -la Digital Dexterity- y que al final se- pan qué solución usar en cada escenario que se les presente, -el Governance Model-. Este primer paso es una rueda que la empresa debe hacer girar con el advenimiento de cada nueva tecnología y mantener de forma continua. Evangelización, formación y guía combinada con el análisis de uso para enriquecer a los usuarios y su talento.
– Expandir la presencia de IT a la experiencia del empleado. El foco del departamento ya no debe ser solo asegurarse que los sistemas informáticos funcionan correctamente o solucionar las problemáticas de negocio de otros departamentos. IT es clave en la detección de qué es realmente importante para los trabajadores: si están utilizando correctamente la tecnología, si son productivos o si tienen problemas en el uso de sus herramientas digitales, pero también en aquello que es clave para el negocio, mejorando la productividad y el valor de la marca corporativa.
– Ampliar los plazos de planificación. Gran parte de las tecnologías que se pueden implantar en una empresa re- quieren de un tiempo de planificación para su correcta aplicación. Es necesario pararse a pensar qué se quiere desarrollar en los próximos 3 a 5 años para empezar a prepararse. Hay que anticipar la elección de las apuestas tecnológicas de la empresa y al mismo tiempo, reaccionar rápido para incorporar aquellas que no detectamos y que nuestros usuarios han agregado al día a día de sus tareas.
– Alinear nuestro portfolio de proyectos a objetivos o beneficios, de manera que se seleccionen dependiendo de si están o no alineados con unos ejes de valor comunes. Esto permite a la empresa tener una visión de futuro, mejorar la rentabilidad de la inversión, así como ajustar el ritmo de implementación a la capacidad de adopción de los usuarios.
La empresa puede tener una gran variedad de proyectos a realizar. El problema surge cuando se implantan cada uno de ellos de forma aislada, ya que se pueden solapar funcionalidades. Por ejemplo, quizás uno de los proyectos a realizar sea el de implantar una red social para los empleados y otro el rediseño de la intranet corporativa, que incorpora a su vez una red social. Esto comportaría un desperdicio de tiempo y esfuerzo. Hay empezar a pensar en los beneficios, en qué se quiere conseguir con cada proyecto como parte de un todo.
Pero, ¿qué objetivos escoger? Lo que buscamos es que nuestros trabajadores exploten las tecnologías que tienen a su alcance: poder trabajar en cualquier lugar y momento; fomentar una cultura colaborativa; que se sientan compro- metidos con la empresa; disponer de tecnologías de Inteligencia Artificial para apoyar tareas rutinarias y que se estimulen las actitudes proactivas. Son los beneficios del Digital Workplace que bien conocemos. Construir una cultura digital es, en buena medida, conseguir que nuestros usuarios saquen partido a las posibilidades que las nuevas tecnologías les ofrecen.
Si quieres saber más sobre la implantación de la Cultura Digital Corporativa no te pierdas la sección de nuestra web.