En muchas empresas, la información está, pero dispersa: en carpetas personales, mails viejos, chats de Teams o, peor aún, en usuarios que ya no forman parte de la compañía.
El problema no es la falta de conocimiento, sino la falta de estructura y cultura de conocimiento compartido. Ahí es donde la transformación digital puede marcar la diferencia:
no como simple tecnología, sino como estrategia para conectar, compartir y aprender.
¿Qué es una cultura del conocimiento compartido?
Una cultura del conocimiento compartido va más allá de guardar información: se trata de crear un entorno donde las ideas, experiencias y aprendizajes fluyen entre personas y equipos.
Cuando el conocimiento se comparte, se multiplica. Las organizaciones dejan de depender de individuos y comienzan a construir una inteligencia colectiva que impulsa la innovación, mejora la toma de decisiones y garantiza la continuidad incluso cuando los equipos cambian.
No es solo una práctica, es una mentalidad: la de crecer juntos, aprendiendo de lo que cada persona aporta.
Del dato al conocimiento: ¿Por qué compartir es evolucionar?
Durante años, las empresas se enfocaron en guardar información. Pero guardar no es gestionar.
El verdadero valor aparece cuando esa información se convierte en conocimiento accesible y reutilizable, que ayuda a otros a trabajar mejor, decidir más rápido o evitar errores.
Las herramientas digitales que facilitan el conocimiento compartido:
- SharePoint centraliza documentos, procesos y políticas.
- Teams se convierte en el punto de conexión entre personas y proyectos.
- Loop ayuda a estructurar y reutilizar conocimiento en distintos contextos, integrándose con las herramientas de todos los días.
Sin embargo, ninguna herramienta resuelve por sí sola el desafío cultural. Si cada persona sigue guardando sus cosas donde le resulta más cómodo, el conocimiento se pierde igual.
Cultura de compartir: El verdadero desafío
Compartir conocimiento no es solo “subir archivos”. Es una actitud organizacional. Requiere confianza, tiempo y la convicción de que documentar lo aprendido también es trabajar.
En un contexto donde las empresas corren a gran velocidad, es común que lo urgente tape lo importante. Y ahí es donde la gestión del conocimiento se vuelve estratégica: porque permite sostener lo aprendido incluso cuando cambian las personas o los equipos se reconfiguran.
Implementar espacios de conocimiento compartido como wikis internos, bibliotecas digitales o bases en SharePoint no es un gasto de tiempo, es una inversión en memoria organizacional.
La tecnología como facilitadora de una cultura del conocimiento compartido
Las herramientas de Microsoft 365 ofrecen una base sólida:
- SharePoint: organiza, clasifica y da trazabilidad a la información.
- Loop: impulsa la colaboración en tiempo real y evita duplicar esfuerzos.
- Copilot: permite acceder a información relevante sin tener que buscarla manualmente.
Pero la tecnología solo funciona cuando está al servicio de un propósito. El foco tiene que estar en cómo facilitar el acceso, la comprensión y la actualización constante del conocimiento.
¿Por qué crear una cultura del conocimiento compartido?
Una organización que gestiona bien su conocimiento no depende de la memoria individual, sino de un sistema que se nutre y crece con cada interacción.
La transformación digital no termina cuando se implementa una herramienta. Empieza cuando las personas comparten lo que saben y la información deja de ser un archivo estático para convertirse en un activo vivo.
Porque la información es poder, sí… pero la cultura del conocimiento compartido es progreso. Cuando la información se comparte, la organización evoluciona.