Pau Martí Felip cambió de oficio en su empresa: ahora es ‘ingeniero de peticiones’, labor impulsada por las primeras aplicaciones, pero con futuro incierto
Pau Martí Felip, un graduado en Comunicación Audiovisual de 23 años, se convirtió en un «prompt engineer» después de trabajar como editor de videos en una empresa digital. Esta nueva profesión implica dar instrucciones precisas a las inteligencias artificiales para obtener respuestas óptimas en la creación de imágenes, texto y pronto, vídeos o música. Martí Felip señala que la comunicación efectiva con las máquinas es esencial y que esta disciplina se encuentra en una fase exploratoria en España, con una oferta de trabajo única en Raona, su empresa. Aunque actualmente la mayoría de los currículos carecen de habilidades en inteligencia artificial, la profesión está en auge, y se busca candidatos con voluntad de aprendizaje y creatividad. Aunque algunos escépticos creen que la necesidad de ingenieros de peticiones disminuirá en el futuro, otros ven un espacio permanente para esta especialización. La formación en este campo es en gran medida autodidacta y no requiere conocimiento de código, lo que lo hace accesible a una amplia gama de profesionales. La capacidad de comunicarse con las máquinas a través del lenguaje natural se considera esencial en este campo emergente.
