La peor estrategia frente a la IA… es no tener ninguna

Picture of Nibaldo Pino Araya
Nibaldo Pino Araya
| 5 junio, 2025

A estas alturas de 2025, no tener una estrategia de adopción de inteligencia artificial no es neutral: es peligroso. Las empresas que siguen postergando su hoja de ruta hacia la IA están cometiendo un error estructural. Porque mientras deciden si “vale la pena”, otras ya están recogiendo los beneficios de una integración metódica, segura y orientada a valor.

La IA ya no es opcional. Está impactando la forma en que vendemos, diseñamos productos, resolvemos incidencias, tomamos decisiones. Lo que diferencia a los líderes del resto no es si usan IA, sino cómo la están integrando en su modelo operativo.

Y, sin embargo, muchas organizaciones aún confunden herramienta con estrategia. Creen que instalar Copilot es lo mismo que tener un plan de adopción. O peor: creen que bloquear ChatGPT es sinónimo de seguridad.

 

El mito del control: cuando prohibir significa perder

A lo largo de los últimos meses, hemos observado cómo múltiples organizaciones, especialmente en sectores regulados, han optado por bloquear el acceso a herramientas de IA a nivel de red. ¿El argumento? Proteger la confidencialidad de los datos. ¿El resultado? Shadow AI: empleados utilizando aplicaciones no autorizadas, en entornos sin control, exponiendo información sensible a plataformas desconocidas.

El reciente informe “State of AI in the Enterprise” publicado por Box (2025) confirma esta tendencia: el miedo mal gestionado ha frenado el avance de muchas organizaciones, mientras otras ya cosechan retornos significativos gracias a una adopción estructurada y consciente. Según el estudio, solo el 8% de las empresas afirma tener un nivel avanzado de madurez en IA, mientras el resto permanece en etapas iniciales o exploratorias.

Prohibir el uso de IA no es proteger los datos. Es fomentar la improvisación. La verdadera estrategia de control empieza por entender, formar, regular y habilitar un uso responsable.

 

De la automatización táctica al impacto estratégico

Un error común es reducir la IA a usos superficiales: redactar correos, resumir documentos o responder preguntas frecuentes. Estas tareas son útiles, pero mínimas frente al verdadero potencial de la tecnología.

Las empresas líderes —aquellas que ya reportan un 37% de mejora en productividad, según Box— están aplicando IA para:

  • Automatizar procesos complejos y de alto coste operativo.
  • Analizar contratos y extraer metadatos estratégicos.
  • Detectar amenazas de ciberseguridad con modelos de aprendizaje continuo.
  • Implementar agentes autónomos capaces de tomar decisiones en tiempo real.

En Raona, hemos comprobado que el valor de la IA crece de forma exponencial cuando se combina con rediseño de procesos, integración de datos y transformación cultural. La clave no es la herramienta, es la intención estratégica detrás de su uso.

 

 

Gobernanza de datos: la deuda silenciosa de la transformación digital

Uno de los hallazgos más preocupantes del informe de Box es que solo el 24% de las organizaciones tiene marcos de gobernanza de IA bien establecidos. Esto incluye desde políticas claras sobre qué datos pueden ser procesados por IA, hasta protocolos de validación, control y seguimiento de los modelos utilizados.

En contextos corporativos, la gobernanza de datos no es un tema técnico. Es un tema estratégico. Sin ella, las organizaciones corren el riesgo de adoptar tecnologías que no entienden, con datos que no controlan, y bajo marcos regulatorios que pronto serán más exigentes.

La buena noticia es que los fundamentos ya están definidos: política de clasificación de datos, controles de acceso, cifrado en tránsito y en reposo, transparencia algorítmica, y certificaciones como ISO/IEC 27001 o NIST AI RMF. Lo que falta, en la mayoría de los casos, es voluntad ejecutiva para avanzar en su implementación.

 

La IA no reemplaza personas. Reemplaza capacidades obsoletas

Contrario al discurso alarmista, la IA no está desplazando masivamente empleos. Lo que está desplazando son tareas repetitivas, flujos ineficientes, y capacidades que ya no agregan valor. Y en este proceso, las organizaciones tienen una opción: resistirse o evolucionar.

Según el informe de Box, la mayoría de las compañías está enfrentando el desafío del talento en IA no contratando nuevos perfiles, sino capacitando a su fuerza laboral actual. Este enfoque es no solo más sostenible, sino más efectivo. Porque la verdadera transformación ocurre cuando el conocimiento técnico se democratiza en la organización.

En Raona hemos entendido que la adopción de IA no se trata solo de tecnología, sino de comportamiento organizacional. Por eso, hemos desarrollado un programa para fomentar el uso responsable de la IA en las distintas tareas de negocio, con foco tanto en equipos comerciales como técnicos.

Esto incluye:

  • Qué herramientas son adecuadas para cada tipo de tarea.
  • Cómo usar la IA sin comprometer datos sensibles.
  • Cuáles son los límites éticos, técnicos y legales del uso en entornos productivos.
  • Y, sobre todo, cómo potenciar la productividad sin perder control ni trazabilidad.

Formar no es una opción. Es una obligación para cualquier organización que quiera mantenerse competitiva en esta nueva economía basada en capacidades aumentadas.

 

¿Y si el verdadero riesgo es quedarse inmóvil?

Mientras algunas organizaciones siguen debatiendo sobre si permitir el uso de ChatGPT, otras están desplegando modelos propietarios como Mistral o DeepSeek on-premises, creando ecosistemas de agentes autónomos que gestionan operaciones críticas sin intervención humana.

Esta divergencia no es menor. Está creando una brecha competitiva estructural. Las empresas que integran IA de forma inteligente no solo optimizan sus operaciones: están generando nuevos modelos de negocio, nuevas fuentes de ingresos y nuevas formas de relación con el cliente.

En ese contexto, el costo de la inacción es inmenso. No adoptar IA en 2025 ya no es una decisión tecnológica: es una renuncia anticipada a la relevancia competitiva.

 

Conclusión: La IA exige más pensamiento estratégico y menos control reactivo

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Y su impacto no será lineal, será exponencial. Lo que hoy parece una ventaja, mañana será el estándar. Lo que hoy se considera un riesgo, pronto será una necesidad.

En Raona creemos en una adopción segura, responsable y metódica de la IA. Porque entendemos que no se trata de bloquear el futuro, sino de prepararse para liderarlo.

La pregunta no es si vas a usar inteligencia artificial. Es si vas a hacerlo antes o después de que tu competencia tome la delantera.

 

🔗¡Descárgate mi guía práctica para integrar la IA en tu empresa!

 

Nibaldo Pino Araya

Experto en IA y análisis de datos con 7+ años de experiencia en la industria y 9 en academia, apasionado por la innovación tecnológica y especializado en soluciones avanzadas de machine learning, NLP y visión por computador en Raona.

Compartir en Redes Sociales