Cuando hablamos con alguien, captamos información y la procesamos de manera intuitiva, porque ya hemos hablado antes, porque conocemos a la persona, o porque tenemos referencias previas. La famosa frase «te pongo en contexto» muchas veces no hace referencia a lo que ya sabemos de la persona con la que hablamos sino solo hace referencia a qué necesitamos.
Este mismo concepto es clave para entender cómo hacer buenos prompts. Partimos de la base de que la IA no nos conoce: no sabe quiénes somos ni qué hacemos al inicio de una conversación. Por eso, si queremos obtener respuestas útiles, debemos proporcionar el contexto adecuado desde el principio.
Ejemplo práctico en marketing y comunicación
Hoy, a las 8 de la mañana, abrí una conversación con una IA para pedir ideas sobre los puntos clave de una campaña de comunicación. Seguro que muchos comenzamos con un «hola» por cortesía, pero si no es un chat que ya hemos trabajado antes, es imprescindible incluir información mínima para contextualizar la consulta.
Estos son los elementos esenciales que me gusta incluir en un prompt para marketing:
✅ Quién soy en la empresa
✅ Qué área represento
✅ A qué se dedica mi empresa
✅ Qué necesito específicamente
✅ Qué objetivo o retorno espero obtener
✅ Requerimientos imprescindibles para mi necesidad
Si escribimos estos puntos en nuestro prompt, estamos proporcionando el contexto necesario para que la IA nos ofrezca respuestas más precisas y alineadas con nuestras expectativas. En pocas palabras: estamos facilitando el proceso de «conocimiento» entre la IA y nosotros.
Piensa que la IA es nuestro asistente de silicio
Podemos ver la IA como nuestro asistente virtual, pero al igual que cualquier nuevo colaborador, necesita contexto para desempeñarse bien. Si queremos respuestas estratégicas y efectivas, debemos darle la información correcta desde el principio.
Conclusión
En resumen, pensar como una máquina al redactar un prompt significa estructurar la información de manera clara, sin asumir que la IA ya sabe quiénes somos, donde trabajamos, a qué nos dedicamos o qué necesitamos. Con esta metodología, podemos aprovechar mejor el potencial de la inteligencia artificial en marketing y comunicación.